Desafortunadamente, el turismo o la automoción, se han visto afectados por importantes pérdidas económicas, impagos y aumento de la morosidad en España.
La dichosa y omnipresente pandemia de Covid ha sido totalmente devastadora en múltiples sentidos y sectores empresariales, obviamente, sobre todo en la cantidad de vidas humanas que se ha cobrado. Ninguno podremos olvidar aquellos caóticos días de marzo de 2020 en los que el mundo tal y como lo conocíamos cambió drásticamente, dando paso a una nueva realidad con la que nos tenemos que acostumbrar a convivir, para bien o para mal.
A nivel económico ha supuesto pérdidas millonarias e irrecuperables en numerosos ámbitos, pero algunos sectores se han visto más afectados que otros, tanto durante la época de los primeros meses de confinamiento total como posteriormente, con las restricciones de horarios, aforos, etc. que todos conocemos. Es cierto que, en algunos ámbitos, por desgracia pocos, la pandemia supuso un revulsivo a nivel económico y profesional, como en los sectores sanitarios, de la limpieza o de la logística, así como para el comercio electrónico, que vive una época dorada que comenzó hace años y se ha visto culminada por la crisis sanitaria. Pero, desafortunadamente son los menos y la mayoría de los sectores económicos se han visto afectados en mayor o menor medida por importantes pérdidas económicas e incluso cierres totales de todo tipo de empresas ante la imposibilidad de superar la situación.
Índice de contenidos del artículo:
El turismo
Sin duda alguna, el sector turístico ocupa un puesto en el triste podio de los sectores más perjudicados por la pandemia, no solo en nuestro país, sino en todo el mundo. Siendo España un destino de los más elegidos del mundo y con una oferta turística, cultural y gastronómica envidiable, durante 2020 las cifras de ocupación hotelera y de visitantes cayeron a datos de hace décadas.
Primero por el confinamiento, después por los cierres perimetrales y los límites de aforo y todo el tiempo por el miedo lógico que todos hemos experimentado en algún momento, el hecho es que las pernoctaciones y visitas turísticas se han desplomado a niveles mínimos e inéditos. Las pérdidas económicas se pueden cuantificar por miles de millones, al igual que las cifras de desempleo en el sector, una situación sumamente preocupante en un país como España, en el que el turismo supone alrededor del 12% del PIB (cifras de 2019, último año de “normalidad” previa a la pandemia).
Según la Asociación de Hostelería de España, la caída de ventas se estima que ronda los 70.000 millones de euros, aproximadamente la mitad de su volumen de facturación en años anteriores, aunque los sectores empresariales de alojamiento se han visto aún más afectados que los de restauración, debido principalmente a las restricciones de movimiento entre provincias y comunidades autónomas que se vivieron durante gran parte del pasado año.
Se estima que casi un 90% de los trabajadores del sector turístico empresarial se vieron afectados directamente en marzo de 2020, bien porque perdieron sus puestos de trabajo, bien porque se vieron afectados por un ERTE que, aunque supusieron un alivio para miles de familias y empresas, a día de hoy muchas aún no han podido volver a los niveles de contratación previos a la pandemia.
En consecuencia, el número de personas desempleadas pertenecientes a este sector también se ha disparado, con un 35% más que el año anterior. Un sector que es, en gran parte, uno de los motores de la economía patria, que se ha visto lastrado también por el desplome de turismo extranjero, que en 2019 batió récords con alrededor de 83,5 millones de visitantes y que en 2020 apenas llegó a los 19 millones, teniendo en cuenta que los meses de enero y febrero, así como la primera quincena de marzo, se vivió, viajó y trabajó “con normalidad”.
La automoción
El sector de la automoción es otro de los grandes sectores empresariales perjudicados por la pandemia, en el que se estima que se han perdido más de 8.000 puestos de trabajo y cuyas ventas se han desplomado más de un 30% respecto a 2019. Es un sector que supone alrededor del 15% del PIB y emplea a decenas de miles de personas de manera directa y alrededor de dos millones de manera indirecta. Sin duda alguna, uno de los motores (nunca mejor dicho) de la economía española, que ya estaba ligeramente sumido en una situación complicada por las prohibiciones respecto al diésel y al que le costará recuperar los niveles previos a la pandemia, tanto a nivel de empleo como de facturación.
Las restricciones de movilidad, unidas a la crisis económica derivada de la crisis sanitaria, han provocado que las ventas caigan en picado, además de una reducción importante en el número de desplazamientos de todo tipo. Asimismo, además de un aumento de la morosidad, ha crecido también el cierre de plantas de fabricación de componentes, junto con la caída de la demanda, han provocado una caída de la producción de más del 20% durante todo el 2020, tendencia que se está manteniendo durante 2021 pese a la leve mejoría que ha traído la finalización de las restricciones y la mejora de las condiciones sanitarias tras la llegada de la vacuna.
Reinventarse y renovarse, la única salida
Los expertos apuntan a que la recuperación va a ser lenta y a largo plazo, sobre todo en algunos sectores, en los que no se prevé una recuperación total hasta, al menos 2024, como es el caso del turismo, la hostelería, las actividades de ocio o el sector textil. En el clima de incertidumbre, inestabilidad y miedo global en el que estamos sumidos prácticamente todos, toca reinventarse para sobrevivir.
Dados los envites de la pandemia y la transformación global que estamos viviendo, tanto a la hora de ver la vida como de relacionarnos entre nosotros y con el mundo o de hacer negocios, reinventarse y renovarse son las únicas opciones para muchos. El auge del mundo digital ha supuesto una auténtica revolución para millones de empresas de todas partes del mundo, pudiendo establecer nuevas líneas de negocio que les ayudaran a capear el temporal.
Las nuevas tecnologías, las mejores aliadas en el mundo post-pandemia
Como es obvio, no todos los sectores han podido recurrir a las ventas por Internet o a una transformación digital que les haya hecho recuperarse o, al menos, mantenerse a flote durante los meses más duros de restricciones y limitaciones de movimiento. Pero sí que es cierto que tanto el turismo como la automoción, sectores en los que se centra este artículo, han tenido que adaptarse a los nuevos tiempos prácticamente digitales en su totalidad y, en gran medida, lo han conseguido a la perfección.
En cuanto al sector turístico, la pandemia ha supuesto un punto de inflexión para dar el salto definitivo al mundo digital, que era algo casi exclusivo de las grandes cadenas hoteleras. Pero los alojamientos más pequeños y, sobre todo, lo relativos al turismo rural, han experimentado una verdadera revolución digital tanto en lo referente a los sistemas de reservas como a sus propias instalaciones, dado que mucha gente los eligió para pasar semanas, incluso meses, y teletrabajar desde allí, creando la necesidad de ofrecerles una serie de instalaciones y servicios orientados a tal fin.
Otro de los sectores empresariales que ha sufrido ha sido el sector de la automoción, aunque como es lógico tienen más limitaciones para hacer ventas por Internet, aunque es un campo en auge, sí que se ha visto que han apostado más por la tecnología en cuanto a visitas virtuales a los concesionarios, posibilidades de recrear en 3D el interior de los vehículos, etc. En un sector en el que la innovación y las nuevas tecnologías llevan años implantadas, se hacía necesario dar un paso más para completar esa transformación digital que, o por las buenas o por las malas, todos tendremos que acabar acatando.
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